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jueves, 26 de septiembre de 2019

La guerra de la Vendée


   Desgraciadamente, la guerra de la Vendée pasa hoy desapercibida para muchos católicos. Así es, pese a la gran entereza que demostraron los vendeanos al alzarse en armas contra toda una nación que pretendía abolir la monarquía y desterrar a Dios de Francia, son muy pocos los católicos que han oído hablar siquiera de esta hazaña. ¡Y eso que se cuentan por miles los mártires que dieron su vida en defensa de la fe! Napoleón mismo, al parecer, reveló que él admiraba a los vendeanos por la integridad que habían demostrado en su lucha contra la Revolución.

   Sabiendo esto, resulta extraño que el cine nunca se haya hecho eco de esta parte tan importante de la historia (aunque si tenemos en cuenta que la cronografía oficial francesa la ha silenciado constantemente, no nos debería sorprender). Sí podemos encontrar, sin embargo, bastante literatura, pero que también pasa desapercibida, ya que “altera” la versión aceptada por todos de lo que supuso para el mundo la manida Ilustración. De entre todos estos libros, nosotros recomendamos dos: El conde de Chanteleine, una novela del célebre Julio Verne que ha sido vetada durante muchos años en la “Francia de las libertades”, y La guerra de la Vendée, del profesor Alberto Bárcena, que recoge fiel y crudelísimamente los estragos causados por los revolucionarios en dicha región francesa. Pero en lo que se refiere al cine, que es quizás uno de los medios más influyentes de nuestro tiempo, nada. Hemos tenido que esperar a que una productora muy pequeña (insignificante, diría yo) y de ideario católico recogiera y filmara los hechos: Navis Pictures.




   La Vendée (o la Vandea, como era conocida antiguamente en español) es un departamento francés, situado al oeste del país galo, que se integra hoy en la región de los Países del Loira. En 1793, cuando la Revolución alcanza el territorio vendeano, este organizó un auténtico enfrentamiento contra ella, algo que lo abocó a una verdadera guerra civil que se perpetuó hasta 1796, y que en la actualidad, como ya hemos señalado, permanece ignorada por muchos (y entre ellos, muchos católicos). El motivo de este enfrentamiento no solo radica en la lucha por la legitimidad del rey, sino también, y sobre todo, en la pugna por la pervivencia de la fe católica. Y es que una de las consignas de la Ilustración era la erradicación de la Iglesia, o a lo sumo, su subyugación mediante el célebre Juramento de Fidelidad de sus curas a la Constitución Civil del Clero. En cuanto a los seglares, fueron sometidos a vejaciones y torturas que ejemplifican la crueldad que siempre han manifestado los perseguidores de la fe (un general francés se jactaba de que las aguas del río Vendée bajaban rojas por la sangre de las embarazadas que había ahogado en ellas). Y así, a pesar de que el Gobierno ilustrado propugnaba la defensa y la libertad de todos los ciudadanos franceses, los de la Vendée solo recibieron de su parte muerte, sometimiento y destrucción.

   No obstante la dureza de estos hechos, puede sorprender que la película esté protagonizada exclusivamente por niños. El motivo es que su productora, la citada Navis Pictures, tiene como propósito educar a estos en la fe y despertarles cierta curiosidad por el séptimo arte. Así es, como afirma Jim Morlino, su creador, la gran pantalla transmite hoy valores equivocados, algo de lo que se embeben los niños, por lo que es necesario que estos aprendan valores correctos, y eso se consigue mediante cintas adecuadas (ya lo hizo mediante la historia de santa Bernadette con bastante éxito). Pero ello no significa que la película sea ingenua, puesto que afirma a las claras el sustrato demoníaco que auspició la Revolución y vincula el martirio de las famosas carmelitas de Compiègne al fin de esta. Es decir, habla abiertamente del mal (cosa que hoy se les niega a los más pequeños) y de entregar la vida por un bien mayor (cosa que se les niega aún más).

   Sin duda, se trata de un film sorprendente y con muchísimas virtudes. Sitúa al espectador muy bien en el contexto histórico y aporta un relato fiel de los hechos acontecidos en la Vendée durante la Revolución francesa. Y principalmente, es un testimonio vivo de la valentía de unos hombres que prefirieron morir antes que renunciar a Dios y al rey de Francia.